Con la luna, el perfil de tu horizonte y mis ojos,
esta noche me hago un puente,
un triangulo diminuto e infinito,
que me salva de los kilómetros y la nostalgia,
de las partículas y la tristeza;
me fabrico un puente hasta el mar y su orilla,
para en su arena esconder un beso, que brote mañana
con el primer sol y mi regreso, antes de que me veas,
antes de que me intuyas.
Camino hacia el sueño,
el sueño en que te veo recogerlo.
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