sábado, 17 de septiembre de 2011

 



XI




Lugares en la noche, como son
las luces que te anuncian,
sólo podría llenarlos
si me faltaran, con la ceguera.

Lugares en las manos,
que se quedaran huecos
si tu me faltaras,
como son los que ahora ocupas
con tu pecho,
sólo podría llenarlos
con una fragua, en una hoguera,
abrasándome el tacto para siempre
con las ascuas.

Lugares en el alma
que ahora están vacíos,
por tus silencios,
los lleno con mi ansia por ti,
con la promesa de tu certeza
con mi caminar izado y hundido
a cada paso,
en pos de tu horizonte.

Extraña máquina el enamorado,
que se mueve con el combustible que le falta.






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