domingo, 14 de julio de 2013

Angela Berbegal 14,7,1972

Algunas islas, retirado ya el mar,
se convierten en montes discretos sobre la llanura,
hasta que un buen día la lluvia,
modestamente,
les recuerda otras caricias:
Las de las olas,
entonces son conscientes de su distancia al agua.

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