III
La hierba se me enreda en los pies
y el olor a mar
y la tierra esmeralda, atlántica,
y el gris tormenta.
Tengo frío
y no te veo.
No tengo fuerzas para volver,
ya oigo el mar
y aún no te tengo.
Ya baten las muelas del acantilado
entre espuma furiosa.
Y me esperan, saben que voy
y aún no te veo.
¿ Dónde estás?
No me salves,
ya no es posible,
no puedo dejar de avanzar, de rodar,
de caer.
Tan sólo, bésame antes.
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